Por los senderos de la imaginación, la espiritualidad y la armonía hay nexos entre el ajedrez y la música. Por ejemplo, el ex campeón mundial Tigran Petrosian, dijo: “El ajedrez es un arte, porque si no, ¿cómo se podría explicar ese profundo placer estético? y, de lo contrario ¿cómo se podrían evaluar los resultados de la creación que proporciona una satisfacción espiritual? En ese sentido, el ajedrez se puede comparar con la música, pero con la música clásica”.
El ajedrez es el arte de pensar, combinar y decidir con lógica; la música, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios mediante un lenguaje dotado de infinitas variaciones. Para el compositor y pianista Juan María Solare, “muchos conceptos ajedrecísticos, como armonía, simetría, ritmo, combinación, existen también en la música, aunque sería peligroso hacer una comparación demasiado estrecha. Por ejemplo, la combinatoria en el ajedrez está dirigida a un objetivo, en la música, en cambio, se refiere a la permutación de elementos melódicos, por tanto, suele conducir a texturas estáticas. Un concepto sugerente es el de paradoja. En ajedrez, en muchas partidas de Miguel Tal, luego de sus peculiares sacrificios, los valores habituales de las piezas dejan de regir. A veces una dama puede valer menos que el alfil. El equivalente musical serían ciertas obras de John Cage, donde el concepto mismo de concierto o de sonido se altera radicalmente, o se invierte”.
El goce del juego ciencia no es menor al de la música o al de otras expresiones artísticas. Garri Kasparov, en su libro, El hijo del cambio, confiesa: “Digo que disfruto con el ajedrez de la misma manera que un músico disfruta tocando el violín o el piano o un pintor encuentra satisfacción en pintar un cuadro”.
Desde la música, el estadounidense John Cage, autor de Sonatas e Interludios (1948) y Música para Marcel Duchamp (1947), comparó al ajedrez con la poesía, y afirmó que jugar una partida equivale a dar un paseo por el infinito.
El cantante y gran maestro de ajedrez, Vssily Smislov, dijo: “Tal vez el ajedrez y la música se unen por las leyes de la armonía y la belleza, que son difíciles de formular y de comprender, o tal vez por otra cosa”.
Javier Vargas (09/08/2010)
El ajedrez es el arte de pensar, combinar y decidir con lógica; la música, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios mediante un lenguaje dotado de infinitas variaciones. Para el compositor y pianista Juan María Solare, “muchos conceptos ajedrecísticos, como armonía, simetría, ritmo, combinación, existen también en la música, aunque sería peligroso hacer una comparación demasiado estrecha. Por ejemplo, la combinatoria en el ajedrez está dirigida a un objetivo, en la música, en cambio, se refiere a la permutación de elementos melódicos, por tanto, suele conducir a texturas estáticas. Un concepto sugerente es el de paradoja. En ajedrez, en muchas partidas de Miguel Tal, luego de sus peculiares sacrificios, los valores habituales de las piezas dejan de regir. A veces una dama puede valer menos que el alfil. El equivalente musical serían ciertas obras de John Cage, donde el concepto mismo de concierto o de sonido se altera radicalmente, o se invierte”.
El goce del juego ciencia no es menor al de la música o al de otras expresiones artísticas. Garri Kasparov, en su libro, El hijo del cambio, confiesa: “Digo que disfruto con el ajedrez de la misma manera que un músico disfruta tocando el violín o el piano o un pintor encuentra satisfacción en pintar un cuadro”.
Desde la música, el estadounidense John Cage, autor de Sonatas e Interludios (1948) y Música para Marcel Duchamp (1947), comparó al ajedrez con la poesía, y afirmó que jugar una partida equivale a dar un paseo por el infinito.
El cantante y gran maestro de ajedrez, Vssily Smislov, dijo: “Tal vez el ajedrez y la música se unen por las leyes de la armonía y la belleza, que son difíciles de formular y de comprender, o tal vez por otra cosa”.
Javier Vargas (09/08/2010)
Ajedrez, cine y música, una brillante fusión
El ajedrez ha sido llevado al cine en numerosas ocasiones, si bien con objetivos muy dispares. Desde la divertida película muda de 1925 titulada “La fiebre del ajedrez“, pasando por “La Defensa Luzhin” , “Caballeros del Sur del Bronx” y otras tantas hasta llegar a la más conocida “En busca de Bobby Fischer“, por sólo citar aquellas que se relacionan más estrechamente con el ajedrez, el juego-ciencia ha representado numerosos papeles.
No es un día cualquiera - El ajedrez hecho música
06 mar 2011
Leontxo García nos cuenta cómo un un director de cine y teatro estadounidense, Jonathan Stokes, ha logrado
convertir
jugadas de ajedrez en música (06/03/11). Para escucharlo pinchar el siguiente enlace:EL AJEDREZ HECHO MÚSICA
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